miércoles, 1 de diciembre de 2010

El Arte de Saber Vivir ***

Se puede vivir de muchos modos, pero hay modos que no dejan vivir. Es factible vivir sin saber de astrofísica, de sistemas, o sin saber leer y escribir. Pero hay otras cosas que es necesario saberlas porque de ello depende nuestra vida. Entre todos los saberes posibles, existe al menos uno imprescindible: el de que ciertas cosas nos convienen y otras no. Por ejemplo, no nos convienen ciertos alimentos, actitudes y comportamientos si queremos seguir viviendo. A lo que nos conviene lo llamamos BUENO, porque nos sienta bien; y a lo que no nos conviene lo llamamos MALO.

Desde luego, hay cosas que en unos aspectos son buenas y en otros son malas, como las drogas y la mentira. Asimismo, algunos aseguran que lo más noble es servir a los demás, y otros señalan que lo más útil es lograr que los demás vivan para uno. Para unos lo que cuenta es ganar dinero, mientras otros opinan que el dinero sin salud, sin el afecto de otros y sin tranquilidad interna, no vale nada. Estas diferentes opiniones nos indican que todos no estamos de acuerdo en todo. En lo que sí estamos de acuerdo es en lo siguiente: lo que vaya a ser nuestra vida es, en gran parte, el resultado de lo que uno quiera.

Mientras un animal actúa como lo hace porque está programado para ello, el ser humano lo hace porque quiere hacerlo, aunque también tiene algo de programación: lenguaje, tradiciones, hábitos, etc. Por eso, ante cualquier circunstancia los seres humanos podemos optar por hacer algo diferente. Siempre tenemos más de un camino a seguir, porque somos libres. La LIBERTAD es lo que nos diferencia de los animales.

Cierto es que no podemos hacer cualquier cosa que queramos, pero también es cierto que no estamos obligados a “querer hacer” una sola cosa. No somos libres de elegir lo que nos ha pasado –tener tales padres, padecer un cáncer, perder el empleo, estar prisionero, ser ofendido, etc.-, pero sí somos libres para responder a lo que nos pasa: obedecer o rebelarnos, ser prudentes o temerarios, vengativos o resignados, etc. Tampoco somos libres para lograr indefectiblemente lo que intentamos hacer, porque no somos omnipotentes; pero si nos interesamos en desarrollar una mayor capacidad de acción podemos obtener mejores resultados de nuestra libertad. Es cierto que existen muchas fuerzas que limitan nuestra libertad, pero también nuestra libertad es una fuerza en el mundo.

La mayoría de las personas tienen mas conciencia de lo que limita su libertad, que de la libertad misma. Dicen: ¿Cómo vamos a ser libres si los gobernantes nos engañan, si me falta dinero para comprar lo que yo quiero, etc? Esas personas que se quejan, en realidad se encuentran satisfechas de pensar que no son libres, porque así consideran que no tienen la culpa de nada de lo que les ocurre. Creen que es mejor decir que no hay libertad a tener que reconocer que libremente han preferido lo más fácil: esperar a que otros hagan lo que ellos deberían hacer, o lamer la bota que les pisa el cuello.

En síntesis, a diferencia de otros seres vivos, los seres humanos podemos inventar y elegir nuestra forma de vida. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos. De modo que es prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir, es a lo que se llama ETICA, y podemos apoyarlo en los siguientes postulados:

1- HACEMOS LO QUE HACEMOS PORQUE SOMOS LIBRES
Cuando decidimos hacer algo es debido a que: a) preferimos hacer eso a hacer otra cosa; b) preferimos hacerlo a no hacerlo; c) las circunstancias nos imponen elegir entre 2 opciones no elegidas por nosotros. Cuando renunciamos a elegir hemos elegido no elegir por nosotros mismos. Aunque digamos que no queremos saber nada de un asunto que nos parece fastidioso, estamos queriendo no saber nada. No somos libres de no ser libres, porque nadie puede eximirnos de la obligación de elegir y de buscar por uno mismo.

2- REFLEXIONEMOS ACERCA DE LA LIBERTAD
Libertad es una facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. Libertad es un movimiento de la conciencia que nos lleva, siempre que debemos tomar decisiones, especialmente ante situaciones como: ofertas, tentaciones, presiones, amenazas, lisonjas, sobornos, etc., a pronunciar un “Sí Quiero” o un “No Quiero”; un “Lo haré” o un “No lo haré”. Somos libres porque podemos decir SI o No ante una situación de decisión

3- DECIDAMOS SIEMPRE UTILIZANDO LA LIBERTAD
Nuestros comportamientos siempre obedecen a un motivo, es decir, a la razón que creemos tener para hacer algo, incluido el miedo a la muerte. Hay 3 motivos que pueden condicionar nuestra conducta y que solemos utilizar como respuestas cuando actuamos sin utilizar la fuerza de nuestra libertad: Actúo por órdenes superiores; Actúo porque así los hacen los demás, o sea, por las costumbres; Actúo así porque me da la gana, es decir, por capricho.

Cada motivo tiene su propio peso y nos condiciona a su modo:
  • Las órdenes sacan su fuerza de: el miedo a las represalias por parte de quien nos ordena hacer algo; la confianza y afecto que tenemos en la persona que nos da las órdenes; nuestra esperanza en una recompensa: salario, regalos, etc.
  • Las costumbres sacan su fuerza de: la comodidad de seguir una rutina; de la presión social de los demás (miedo a la censura, el deseo de aceptación); o de una orden implícita, como la de la moda.
  • Los caprichos sacan su fuerza: del interior de la persona, del simple deseo; o de una orden pero al revés, es decir, por ganas de llevar la contraria.
Si queremos aprender en serio cómo emplear bien la libertad, mas vale que nos dejemos de obedecer: las órdenes de otras personas, las costumbres o los caprichos personales.

4- ACTUEMOS CON LIBERTAD
Para actuar con libertad debemos cuestionarnos al menos 2 veces sobre lo que vamos a hacer. Y la primera pregunta es: ¿Por qué hago esto?

  • Si la respuesta es: ¡Porque me lo ordenan! Entonces la siguiente pregunta podría ser ¿Por qué obedezco? Porque si solamente actúo para huir del castigo o para buscar la recompensa de otros, no soy mejor que un pobre esclavo.
  • Si la respuesta es: ¡Por las costumbres! Entonces la siguiente pregunta sería: ¿por qué tengo que hacer lo que otros suelen hacer, o lo que yo suelo hacer?” ni que fuera esclavo de mis amigos, o de mi familia, o de lo que hice ayer o el mes pasado.
  • Si la respuesta es: ¡Lo hago por capricho! Entonces la siguiente pregunta podría ser: ¿Por qué hago lo que me da la gana?” Si ese actuar me afecta negativamente o puedo lastimar a otra persona, ¿no es conveniente revisar y cambiar esa forma de actuar?
Cuando uno es niño basta con la obediencia, la costumbre o el caprichito; pero como adultos, debemos ser capaces de inventar la propia vida, y no simplemente vivir la que otros han inventado para uno.

5- USANDO LA LIBERTAD, HAGAMOS LO QUE QUERAMOS
“Haga lo que usted quiera” no es mas que una forma de decirle que tome en serio su libertad, asumiendo la responsabilidad creadora de escoger su camino sin apoyarse en órdenes, costumbres ni en caprichos personales

Una cosa es “haga lo que quiera”, y otra bien distinta es “haga lo primero que le venga en gana”. A veces con la “gana” no se gana sino que se pierde, como le pasó a Esaú con las lentejas de su hermano Jacob, y como suele pasar con las drogas: ganamos por unos minutos una satisfacción física, pero perdemos toda noción de la realidad, y con el tiempo olvidamos lo que nos importa de la vida: relaciones, esperanzas, sueños…
Debemos tener cuidado con las cosas que deseamos, porque la verdad es que lo que poseemos nos posee, es decir, lo que tenemos muy agarrado nos agarra también a su modo.

6- BUSQUEMOS LA BUENA VIDA HUMANA
Lo que hace humana a la vida es su transcurrir en compañía de otros seres humanos: hablando, pactando, amando, recordando el pasado, desafiándose, organizando actividades, jugando, intercambiando símbolos…Por eso, al tratar con otro ser humano lo más importante no es si su conducta me parece conveniente, sino que en cuanto humano me conviene; porque su inteligencia, conocimientos y pasiones lo hacen sumamente útil cuando quiere serlo.

La buena vida sólo la conseguimos en compañía de seres humanos. Y cuando otra persona me viene bien, nada puede venirme mejor.

7- PONGAMONOS EN EL LUGAR DEL OTRO
Tratar a otro ser humano como persona consiste en reconocerlo como semejante, esto es:
  • Adoptar por un momento su propio punto de vista intentando comprenderle desde dentro, esforzándonos por ver y entender las cosas como él las ve y lo que espera de uno.
  • Es tratar de tomar en cuenta sus derechos; y cuando los derechos le falten, comprender sus razones, así sea para condenarle con leyes existentes.
  • Es considerarle tan plenamente real como uno mismo y por lo tanto también con derecho a ser él mismo, es decir, a ser diferente.
  • Es hacer un esfuerzo por relativizar nuestro interés y tomar en cuenta también su interés, ya que uno no vive solo en este mundo.
  • Es participar de algún modo en sus pensamientos, sentimientos y pasiones, es decir, tratar se sentir simpatía o compasión por el otro.
Tratemos a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros, colocándonos por un momento en su lugar y procurando ver, pensar y sentir como ellos

8- EVITEMOS ACTUAR COMO SI FUERAMOS IMBECILES
Antiguamente se llamó imbécil al que caminaba apoyado en un bastón, por ser cojo o anciano. Esa palabra viene del latín baculus, que significa “bastón”; por lo tanto, imbécil era el que necesitaba bastón para caminar.
Con referencia al comportamiento humano, podríamos decir que los imbéciles morales son personas incapaces de tomar decisiones y actuar por sí mismas, con libertad. Siempre necesitan apoyarse en cosas externas, como si fueran cojos o debiluchos del espíritu.

Lo contrario de ser imbécil moral es tener CONCIENCIA. Es conocimiento interior del bien y del mal; es conocimiento reflexivo de las cosas. Lograr esa conciencia significa saber que no todo da igual, porque queremos vivir humanamente bien; es fijarnos en si lo que hacemos corresponde a lo que de verdad queremos; es desarrollar el buen gusto moral, de tal modo que haya ciertas cosas que nos repugne espontáneamente hacer.
Procuremos no ser imbéciles morales, desarrollando nuestra capacidad para decidir autónomamente, sin tener que esperar la aprobación de otras personas.

9- CON LIBERTAD, FORTALEZCAMOS NUESTRA ALEGRIA
La mayor gratificación que podemos obtener de cualquier circunstancia, la recompensa más alta que podemos obtener de un esfuerzo, de una palabra, de una caricia, de un conocimiento, del dinero o del poder, etc. es la ALEGRIA. ¿Y qué es la alegría? Un “SI” espontáneo a la vida que brota del interior de nuestro ser. Un “SI” a lo que somos o a lo que sentimos ser. Es un sentimiento que nos hace sentir animados, joviales, y nos permite apreciar nuevas cualidades en las personas y en las cosas que nos rodean. Incluso nos permite aceptar las penas, porque también son parte de la existencia.

Aprendamos a usar los placeres, porque ellos tienen la tendencia a ser excluyentes; si uno se entrega a ellos con demasiada frecuencia pueden terminar apartándonos de la vida

Al arte de poner el placer al servicio de la alegría, a la virtud que sabe no caer del gusto en el disgusto, se le suele llamar TEMPLANZA o moderación.

Disfrutemos con alegría, sin excesos, las recompensas y los placeres que nos da la vida, porque el ser humano se siente mas contento con la vida cuando goza

10- VIVAMOS NUESTRA VIDA Y TENGAMOS CONFIANZA
Seamos conscientes de que por muy difíciles que sean o hayan sido las circunstancias que afectan nuestra existencia, no tenemos un solo camino a seguir En consecuencia, nuestra principal preocupación debe ser la de procurarnos la mejor vida posible, no simple supervivencia y miedo constante a morir. Para ello tengamos en cuenta lo siguiente:

La buena vida debemos irla inventando diariamente cada uno de nosotros, de acuerdo con nuestra propia individualidad: única, irrepetible y frágil.

Muchos pueden mostrarnos formas de andar, pero nadie está obligado a llevarnos sobre sus hombros, ni uno puede ser obligado a dejarse llevar.

Procuremos siempre elegir aquellas opciones que nos permitan luego un mayor número de nuevas opciones posibles, en lugar de aquellas que nos coloquen contra la pared.

Actuemos con FE en Dios, y con confianza en nuestra inteligencia y en la capacidad de relación con los demás para conseguir su apoyo a nuestros sueños y proyectos.

*** Adaptación del libro ÉTICA PARA AMADOR, de Fernando Savater
Resumen realizado por Orlando Rojas Fernández
orlandorojas49@gmail.com

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